Confirman detención de coleccionista acusado de asesinar a joven meridana

MÉRIDA.– En las primeras horas de este viernes, la Fiscalía de Yucatán confirmó la detención del joven Felipe de Jesús Sánchez García, de 26 años, como presunto responsable del asesinato de la joven Martha Eugenia Martínez Avila.
Aunque el arresto se confirmó hasta ahora, el joven llevaba varios días detenido, al menos así lo confirmó un amparo que un abogado tramitó desde principios de esta semana a nombre del presunto.

ORDEN DE APREHENSIÓN…
El sujeto fue detenido mediante orden de aprehensión dictada por el juez Luis Edwin Mugarte Guerrero.
La mañana de este viernes fue presentado ante el juez, en audiencia de imputación.
Como informamos ayer, el joven Sánchez ya había sido identificado como el presunto responsable de la muerte.
El trabajaba como vigilante en una clínica de oftalmología de Altabrisa, propiedad de un médico y su hijo, parientes del ahora detenido.
Según los reportes, Felipe de Jesús es coleccionista de figuras de los Caballeros del Zodiaco y autos a escala.
Precisamente por sus aficiones a estas figuras de los Caballeros del Zodiaco, es que las autoridades lograron en parte identificar el automóvil en el que el presunto asesino trasladó el cuerpo de la joven escort a una brecha de Conkal, pues el vehículo tiene una imagen del caballero de Oro, Shaka de Virgo, de esa popular serie de ánime.
El automóvil es un Chevrolet Chevy Pop, placas YZR-1474, propiedad de la madre del joven.
Las cámaras de la SSP lo captaron en el trayecto, incluso en las grabaciones se aprecia la imagen del Caballero Dorado que tiene en el medallón trasero.
En las redes sociales, el joven muestra abiertamente sus aficiones por los coches a escala de Hotwheels y otras marcas, así como de las figuras de los Caballeros del Zodiaco.
Apenas a fines del año pasado, puso en venta 12 caballeros dorados en $7,000 pesos, así como diferentes automóviles a escala.
Incluso, pertenece a varios grpos populares dedicados a la compra y venta de piezas de colección donde es muy conocido por otros coleccionistas yucatecos.

FALTAN DETALLES DEL CRIMEN…
Hasta ahora, las autoridades no han confirmado la forma en que ocurrió el crimen. Se ignora si fue por un desacuerdo sexual, pues también se habla ahora de la posibilidad de un deceso por ‘asfixia erótica’, consumada por la práctica de una relación sexual poco ortodoxa, en la que se impide la respiración de la pareja durante el acto para aumentar el placer sexual. Esta es una de las hipótesis fuertes, pues el cadáver de la joven no tenía golpes, sino solamente las marcas de ahorcamiento.
Pese al hermetismo, todo indica que el crimen se dio en la clínica en la que trabajaba el sospechoso, en Altabrisa, donde laboran su primo y su tío oftalmólogos.

TRAMITÓ AMPARO…
De acuerdo con varios medios, Felipe de Jesús Sánchez García solicitó amparo por la incomunicación a que lo sometieron al ser detenido en días pasados.
El presunto documentó la detención ilegal que atribuye a la policía, lo que se reflejaría en caso de que lo consignaran por el crimen de la joven. En lo futuro, Sánchez García y su defensa podrían alegar que le arrancaron confesiones a fin de involucrarlo en ese homicidio.
El amparo fue promovido por un litigante que dijo que tiene datos de que Felipe Sánchez estaba en manos de la policía sin que mediara orden para su detención.
En el juicio de garantías recibido el lunes en los juzgados orales y penales se atribuye a diversas autoridades la violación de los derechos fundamentales del aprehendido.
En el amparo no se menciona el posible delito que se le atribuye a Sánchez García, a quien se le menciona como integrante de una empresa de vigilancia privada, quien habría ultimado a la joven Martínez Ávila.
De alguna manera el juicio promovido por incomunicación confirma la detención del supuesto sospechoso.
Se espera que alguna de las autoridades responda si tiene o no incomunicado a Sánchez García o, como una salida al conflicto, lo libere sin que le levante cargos.
También se podría tomar la opción de acusar al detenido de un delito distinto al que en realidad se le atribuye, tal y como se acostumbraba en el antiguo sistema de justicia penal yucateco.