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25 de Abril de 2024

Generales

La laguna de La Carbonera, entre Sisal y Chuburná, espacio rico en hábitats y especies endémicas

La Carbonera es una laguna ubicada en el litoral norte de la península de Yucatán a una distancia de 15 kilómetros del puerto pesquero de Sisal. A pesar de que solo cuenta con una extensión de 5 kilómetros cuadrados, alberga cerca de seis por ciento de las especies de peces reportadas para México, esto gracias a la variedad de ambientes marinos, estuarinos y dulceacuícolas que en esta convergen, según los estudios realizados por el Laboratorio de Ecología en Zonas Costeras de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UMDI-UNAM).

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MÉRIDA (Agencia Conacyt).– La Carbonera es una laguna ubicada en el litoral norte de la península de Yucatán a una distancia de 15 kilómetros del puerto pesquero de Sisal y cerca de la comisaría de Chuburná, en Progreso. A pesar de que solo cuenta con una extensión de 5 kilómetros cuadrados, alberga cerca de seis por ciento de las especies de peces reportadas para México, esto gracias a la variedad de ambientes marinos, estuarinos y dulceacuícolas que en esta convergen, según los estudios realizados por el Laboratorio de Ecología en Zonas Costeras de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UMDI-UNAM).

Como consecuencia del huracán Gilberto en 1988, la laguna se conectó con el mar a través de una estrecha boca que hasta ahora permanece abierta; está rodeada por manglares, extensiones de la sabana yucateca y contiene varios petenes (nombre maya que designa las isletas o masas circulares de árboles que crecen en las áreas cenagosas) que poseen a su vez una abundante diversidad biológica de formas vegetales. También alberga un conjunto de especies tanto residentes como migratorias en otros grupos zoológicos como el de las aves, los reptiles y los mamíferos que encuentran un sitio idóneo para vivir en esta franja de territorio relativamente pequeña.

“La Carbonera ha sido un sitio en el que hemos trabajado desde hace prácticamente diez años con miras a entender la manera en la cual funciona un sistema lagunar en un ambiente tropical, cuyas entradas de agua provienen del acuífero a través de los afloramientos en ojos de agua, de cenotes y del mar”, comenta el investigador de la UMDI-UNAM Xavier Chiappa Carrara, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II.
Investigaciones

Desde 2009 inició el proyecto Variaciones en la estructura de la comunidad de peces de La Carbonera en la costa norte de Yucatán con el financiamiento del Fondo Mixto de Conacyt y el gobierno de Yucatán. Maribel Badillo Alemán, maestra en Ciencias e investigadora de la UMDI-UNAM, señala que uno de los objetivos principales fue determinar cuál era la estructura de la comunidad de peces y conocer sus variaciones en el espacio y tiempo, es decir, conocer las especies de peces que entran y salen del sistema de la laguna.

De acuerdo con Chiappa Carrara, el proyecto de investigación inició con el propósito de describir la biodiversidad de la zona. “Varias de esas especies resultaron ser endémicas y con hábitos de distribución muy delimitados, es decir, son especies que habitan solo en una pequeña porción del planeta Tierra, que es la costa norte de Yucatán, y nos hemos enfocado en el estudio de esas especies por varias razones”, aseguró el doctor.

La primera causa se relaciona con el riesgo que implica que cualquier variación en el hábitat tenga enormes repercusiones en el desarrollo de especies endémicas que tienen ámbitos de distribución tan restringidos. La segunda se debe al desconocimiento general que hay acerca de ellas, y se ha encontrado que tienen papeles importantes en el desarrollo de las cadenas alimentarias, pues hay cierto conjunto de aves que se alimentan particularmente de las especies endémicas, lo que resulta de importancia biológica y ecológica como indicio de que han evolucionado de forma conjunta y de que pequeñas variaciones en una población tendrá enormes repercusiones en la otra, según explicó el especialista.
Fases del estudio

De acuerdo con la maestra Badillo Alemán, la primera fase consistió en el conocimiento de la composición, distribución y abundancia de las especies de peces que habitan en el sistema, y se analizaron sus principales asociaciones específicas y su relación con los parámetros hidrológicos (físicos y químicos), así como los patrones de circulación presentes en el cuerpo de agua. El proyecto requirió de un equipo multidisciplinario orientado al estudio de la hidrodinámica, del ambiente lagunar, de la vegetación, de los trazadores del origen de la materia orgánica y la constitución de una colección ictiológica de referencia.

Se identificó que en la laguna coinciden ambientes muy contrastantes, pues por un lado tiene características marinas y por otro lado tiene una gran extensión de tipo ciénaga, con condiciones salobres. Conforme se avanza en el interior de La Carbonera, la salinidad disminuye debido a un petén que se encuentra próximo, cuya característica principal es que en su matriz tiene un ojo de agua que es una aportación continua de agua dulce.

A partir de esto, dijo la especialista, se ubicaron diferentes estaciones de muestreo para reconocer los cambios de salinidad y los niveles de profundidad, pues se identificó que no todas las especies de peces se distribuían homogéneamente. Las especies pequeñas se encontraban en los ambientes más someros y en las zonas más profundas se encontraban las especies más grandes que entran y salen de la laguna.

Recientemente se han realizado estudios de morfometría para tratar de establecer si, en efecto, las poblaciones que habitan en la zona son únicas o comparten características y material genético con otras.

"Hemos echado mano de nuestros colegas químicos para que nos digan cuál es la calidad del agua y cómo va variando en el tiempo y el espacio; de nuestros colegas que se dedican a la antropología costera, para poder establecer junto con las comunidades programas de uso y conservación del ambiente, y hemos tenido que trabajar con la parte legislativa para poder generar los acuerdos que han permitido que esto pueda ser decretado como un área natural protegida”, comentó el doctor Chiappa Carrara.
Aspectos metodológicos

Según la investigadora, los peces fueron capturados con un chinchorro playero de 40 metros de longitud, con una caída de un metro y una abertura de malla de media pulgada. Los muestreos se realizaron entre los años 2008 y 2013, considerando que la composición específica de la ictiofauna en los sistemas costeros presenta fenómenos atmosféricos que tienen lugar en el golfo de México y que determinan el clima de la península de Yucatán.

Durante el tiempo de muestreos encontraron que el sistema tiene una alta capacidad de reponerse ante un disturbio ambiental natural, como fue el caso de marea roja del año 2008. La capacidad de regeneración del sistema después de la marea roja fue observada de un mes a otro.

Hubo especies que huyeron de la marea roja y encontraron refugio en La Carbonera, lo que durante un tiempo permitió que se obtuvieran muestras de especies que provenían de otros ambientes, como arrecifes. Una vez que las condiciones se normalizaron en la línea de costa las especies regresaron a sus hábitats naturales.

Según Chiappa Carrara, a lo largo de dos años de muestreo mensuales continuos fueron descritas más de 80 especies de peces que usan estos sistemas en alguna etapa de su ciclo de vida y que por su frecuencia y abundancia fueron clasificadas en cuatro categorías: residentes o permanentes, especies frecuentes, ocasionales y raras.

Entre las residentes se encuentran todas las especies de ciénaga y las endémicas que completan su ciclo de vida en la zona, por lo que se encuentran durante todo el año. Hay especies que están a lo largo del año pero no realizan ahí su ciclo completo, como es el caso de las lisas, que durante una temporada del año se encuentran en su fase adulta pero el resto del año solo hay juveniles o larvas.

Aunque existen especies de peces carnívoros en La Carbonera, las aves piscívoras son el principal depredador, por lo que se investigan las asociaciones depredador-presa para definir los criterios necesarios para ubicar los sitios que deben considerarse como zona núcleo del área protegida.

De acuerdo con la maestra Badillo Alemán, cuando las aves se reproducen en los petenes se obtiene con mayor facilidad el bolo alimenticio que los padres pescan y dan de comer a los polluelos, mediante lo que se puede saber qué especies de peces se están depredando sin necesidad de sacrificar ningún ave, ni perturbarlos demasiado en el proceso.

También se ha encontrado que las aves se alimentan principalmente de las especies permanentes del sistema. Un ejemplo es la garza rojiza, que incluye dentro de su dieta todas las especies endémicas.
Conservación

Al constituirse como un atractivo turístico, existen presiones de desarrollo urbano en la zona, aunadas a las necesidades de producción pesquera y la práctica de la cacería. A través de las investigaciones se intenta demostrar la riqueza biológica que el sistema lagunar tiene en el litoral de Yucatán, con el objetivo de preservar el sitio. Uno de los resultados es el decreto de la Reserva Estatal de Ciénegas y Manglares de la Costa de Yucatán a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (Seduma), publicado en el Diario Oficial del Estado de Yucatán (2010).

"Las investigaciones han permitido conocer la manera en que interactúan las poblaciones de peces, las especies que utilizan La Carbonera para reproducirse,  aquellas que la utilizan para resguardarse, y eso nos ha ayudado a justificar la necesidad de mantener el sitio en beneficio de todas estas poblaciones de peces de la costa norte", señala el doctor Chiappa Carrara.

También se han obtenido desarrollos metodológicos importantes que han permitido la generación de esquemas para estudiar poblaciones en un sitio somero y sujeto a grandes variaciones, lo que presenta la posibilidad de mostrar a la comunidad científica cómo hacer estudios de este tipo en ambientes como este. En su totalidad, el proyecto contó con la colaboración de investigadores del Laboratorio de Ingeniería en Procesos Costeros y el Laboratorio de Biotecnología Alimentaria, Productos Farmacéuticos y Nutracéuticos de la UNAM campus Sisal, el Departamento de Ecología Tropical del campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-IPN-Mérida), la Universidad de La Habana, la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar) y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).

Uno de los resultados principales del proyecto son dos catálogos impresos de difusión científica de especies de peces y aves de la costa norte de Yucatán, que incluyen un banco de imágenes de todas las especies que fueron encontradas en La Carbonera antes y después de la marea roja. El material está disponible al público en las instalaciones de la UNAM Sisal y cuenta con descripciones científicas de las características de cada especie, su distribución, medio ambiente, hábitat, importancia económica y estatutos de conservación.

A estos catálogos se suma recientemente el de especies vegetales de la costa yucateca a cargo de Patricia Guadarrama Chávez, investigadora de la UMDI; asimismo, se trabaja en catálogos digitales para ampliar su cobertura.

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