PROGRESO.– Con 80 años de historia a cuestas, la imprenta Nadal y Sucesores, ubicada en el centro de la ciudad, cerró sus puertas.
Dirigida hasta sus últimos días por Rafael Anselmo Nadal Silva, la imprenta fue la más grande del puerto durante ocho décadas. Comenzó a funcionar en la calle 29 entre 80 y 82, donde actualmente se encuentra la estación de camiones Mérida-Progreso, siendo fundada por don Sebastián Nadal Rivero. Años después se trasladaron a la calle 80, entre 23 y 25, donde funcionó durante los últimos 50 años aproximadamente.
LA HISTORIA DE LA IMPRENTA…
Según explicó, "la historia que mi padre nos contó era que en su juventud juntó sus ahorros y le dijo a mi madre que se iría a la ciudad capital (Distrito Federal) para hacer una gran compra de telas y ropa para poner un almacén en el puerto".
-Sin embargo, grande fue la sorpresa de la familia cuando mi padre regresó sin lo que pensaba comprar y dijo que al pasar por el Zócalo capitalino vio una imprenta, por lo cual adquirió una máquina con la que continuaría con su trabajo de impresor y de esta manera surgió la imprenta Nadal y Sucesores- dijo. Don Sebastián Nadal fue hombre emprendedor, pues además de tener la imprenta, fue creador del Cancionero Nadal que se imprimía con las canciones de moda, así como publicidad de los principales negocios y establecimientos del puerto.
De acuerdo con don "Rafa", como se le conoce, la imprenta Nadal de este puerto fue herencia que les dejó su padre, quien aprendió este oficio en la imprenta de don Antonio Moncada (+), que fue la primera imprenta que tuvo Progreso y que funcionó sobre la calle 29×80, a lado de la paletería La Michoacana, en el edificio de la familia Canto. La imprenta Moncada también funcionó como librería y papelería. Cuando Moncada cerró sus puertas, quedó solamente la Imprenta Nadal donde continuaron laborando sus hijos Rafael, Ermilo y Gustavo.
DOS IMPRENTAS AÚN EN PROGRESO…
Ermilo Nadal fundó su propia imprenta que todavía funciona en este puerto en la calle 80, entre 21 y 23, mientras que Gustavo, luego de laborar por muchos años en Progreso, trasladó su negocio al municipio de Ticul, donde continúa con este oficio. Se sabe que Karla, la hija de éste último, es propietaria de la otra imprenta que aún funciona en el centro de Progreso, en la calle 80 entre 29 y 31, la cual es administrada y operada por Enrique Ordaz Martínez, actual Síndico del Ayuntamiento de Progreso.
Acompañado de sus últimos empleados César A. Navarrete y Jorge Rodríguez, don Rafael explicó que la maquinaria de la imprenta ya la pusieron en venta.
Mencionó que el problema de su imprenta se agudizó este año, cuando comenzó la expedición de facturas electrónicas por el SAT, "entonces las imprentas como las de nosotros a nivel nacional comenzaron a sentir el problema de falta de trabajo.
MAQUINARIAS EN VENTA…
-Ahora solamente limpiamos las máquinas en espera de que alguien me las compre, aunque será algo difícil por que el problema del cierre de las viejas imprentas es generalizado-, dijo.
Tengo una guillotina que tiene un valor de entre 20 y 30 mil pesos que se emplea para el corte de diversos tipos de papeles, cartón y derivados, siendo mis máquinas de fabricación alemana, muy cuidadas pero han dejado de ser útiles.
Desde hace un lustro comenzamos a notar la disminución del trabajo con la llegada de las impresoras tipo láser y la impresión digital, por lo cual también adquirimos equipo para estar a la vanguardia en trabajos computarizados.
La fabricación de equipos económicos y venta de tintas hizo que los trabajos, como invitaciones para XV años, bodas y otros eventos sociales, dejaran de solicitar nuestros servicios de imprenta.
Los fines de año se imprimían millares de calendarios en estas fechas, la agenda estaba llena, igual que postales de Navidad.
Ahora es parte de los recuerdos de generaciones anteriores, porque los adolescentes no son personas que les guste este tipo de trabajo, son detalles de gente arriba de las cuatro décadas, dijo el entrevistado.