El jueves 12 pasado se informó que la Comuna daba un ultimátum a la empresa Pamplona para que, en un plazo de tres días hábiles, dé razón de los motivos por los cuales ha dejado de recolectar los residuos sólidos de manera uniforme, regular y continua.
En respuesta, el secretario general de esa empresa, José Angel Rivero Ramírez, respondió que “no tiene nada que justificar porque su labor la han desarrollado de modo profesional y con respeto a los ciudadanos”.
Sin admitir su responsabilidad de su pésimo servicio, en su misiva Rivero Ramírez hizo un listado de acciones que supuestamente han puesto en marcha para mejorar el servicio, como adquirir tres camiones nuevos para “asegurar la regularidad y continuidad” en su servicio y la constante capacitación de su personal.
También mencionó que tienen un nuevo y más estricto programa de mantenimiento de sus camiones recolectores, la contratación de tres inspectores que ayuden a la autoridad en sus tareas de verificación. Nuevos uniformes y equipo de seguridad a todo el personal.
Admitieron que su personal requiere capacitación no sólo para mejorar la calidad del servicio, sino también para que se les recalque la prohibición de hacer pepena y de pedir gratificaciones al ciudadano por el servicio de recolección. En realidad nada de esto se ve.
Ambas posturas ya están claras: el ultimátum del Ayuntamiento “o corriges o procedemos” y la respuesta de Pamplona “no tengo nada que corregir y has lo que quieras”. Ahora ¿qué sigue? Ya pasaron más de 14 días del ultimátum y Pamplona sigue en las mismas, y hasta parece que de burla sus recolectores son más insistentes en pedir “propinas” por un mal servicio que dan, y se les niega dejan tu basura.
La autoridad municipal también dio a conocer cifras sobre las cuatro empresas que recolectan residuos sólidos en Mérida, y en un ligero comparativo se puede observar y concluir que en modo alguno Pamplona está imposibilitada para dar un buen servicio.
Analicemos brevemente los siguientes números: Corbase, cuenta con 19 empleados, cinco camiones y tiene a su cargo 18,655 predios asignados. SANA, 150 empleados, 24 camiones y 73,788 predios. Servilimpia, 207 empleados, 26 camiones y 108,064 predios. Y Pamplona ¿cómo anda? Por increíble que parezca para atender a 65,688 predios cuenta con 79 empleados y 8 sólo camiones.
De acuerdo con esas cifras, Pamplona, para dar un servicio aceptable tendría que igualarse con SANA que atiende una cantidad similar de predios, sólo que ésta tiene 131 empleados y 16 camiones más.
Cada uno de los 24 camiones de SANA atiende a un promedio de 3,075 predios. Cada uno de los 8 camiones de Pamplona atiende a 8,211 domicilios. Esta la clara explicación del porqué no puede dar un buen servicio Pamplona.
Supongamos que adquiriera los tres nuevos camiones, como dijo que haría, entonces Pamplona llegaría a 11 para atender a los 65,688 clientes. El promedio de atención sería de 5,971 por camión, casi el doble de los que tiene SANA por camión.
Los números no mienten. El déficit de camiones y de empleados de Pamplona hacer ver que, aún que cumpliera todo lo que ofreció, es misión imposible que se pueda regularizar su servicio y que la Comuna tendría que proceder a reducir la cantidad de predios que en la realidad pueda atender esa empresa.