#OPINIÓN. 1o. de mayo, Día del Trabajo

Por el Profr. Wílbert Gil Cobos

El Día Internacional de los Trabajadores se celebra el Primero de Mayo de cada año, es una conmemoración por antonomasia del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales.
Desde su establecimiento en la mayoría de los países, y aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.
Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. Cabe señalar que a pesar de su origen en los eventos históricos ocurridos en la Unión Americana, en Estados Unidos y Canadá no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés).
En nuestro país también es una conmemoración para las luchas obreras. Sin embargo, y por los tiempos que se vive la fecha se ha tomado en los últimos años para realizar protestas y manifestaciones con la finalidad única de buscar su mejoramiento.
No obstante, históricamente la reivindicación de los derechos de los trabajadores ha sido una constante, tras el proceso de la Revolución, debido a los sucesos de Cananea y Río Blanco en los cuales se reprimió a los trabajadores en su lucha por mejores condiciones laborales.
El 28 de diciembre de 1916 el diputado del Congreso Constituyente, Froylán C. Manjarrez, puntualizó sobre la importancia de la consagración constitucional del derecho del trabajo. Este discurso no sólo fundamentó la necesidad de establecer en el artículo quinto de la Constitución el derecho al trabajo, sino permitió la creación del artículo 123 en el cual se norma la vida laboral en México, estas fueron sus palabras:
“El problema del trabajo es algo muy complejo, algo de lo que no tenemos precedente y que, por lo tanto, merece toda nuestra atención y todo nuestro esmero.
A mayor abundamiento, debemos tener en consideración que las iniciativas hasta hoy presentadas, no son ni con mucho la resolución de los problemas del trabajo; muy al contrario, quedan aún muchos escollos y muchos capítulos que llenar; nada se ha resuelto sobre las indemnizaciones del trabajo; nada se ha resuelto sobre las limitaciones de las ganancias de los capitalistas; nada se ha resuelto sobre el seguro de vida de los trabajadores, y todo ello y más, mucho más aún, por eso es preciso que no pase desapercibido de la consideración de esta honorable asamblea.”
La aprobación de esta iniciativa aprobada después de un largo debate solo fue el principio con el carácter legal para iniciar el mejoramiento de la clase Obrera Mexicana. El tiempo ha transcurrido y el obrero aún vive con grandes penurias, pues si bien han logrado algunas reivindicaciones todavía sus derechos siguen esperando la justicia social a que tienen derecho.
Por eso este día aún con las restricciones existentes con el actual régimen que criticaba el corporativismo sindical y que ha permitido la creación de una nueva organización el CATEM, que al parecer tiene o busca los mismos fines: que el obrero siga siendo sujetos de cambio aunque sus necesidades reciban solo paliativos. Las luchas Sociales deben continuar.
Fechas como la de hoy 1 de Mayo, jamás deben pasar desapercibidas pues si esto sucede los derechos de millones de hombres y mujeres que con su trabajo diario dignifican esta actividad jamás lograrán el bienestar total a que tienen derecho como seres humanos.