En el complejo mundo offshore, lo único más importante que la eficiencia es el secreto. En los últimos años, sin embargo, varias investigaciones periodísticas y fiscales, que surgieron a partir de importantes filtraciones informativas, han erosionado la confianza en ese mecanismo de ocultamiento de fortunas.
El caso de la subsidiaria suiza del banco HSBC, cuya lista de decenas de miles de evasores de impuestos entre sus clientes, sustraída por Hervé Falciani, eventualmente llegó no solo a las autoridades fiscales de varios países sino a Le Monde y al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, (ICIJ, por sus siglas en inglés), que llevó a cabo una investigación mundial sobre el tema, ha sido hasta ahora uno de los más importantes golpes – públicos y fiscales– a las finanzas escondidas.
Este domingo 3 de abril, sin embargo, el ICIJ ha publicado, en forma simultánea con 370 periodistas en 78 países una investigación gigantesca sobre las offshores, que seguramente marcará un antes y un después en la evolución de ese mundo paralelo al de la economía formal.
La investigación está basada en la filtración de datos provenientes de una sola forma especializada en la dinámica offshore: la firma legal panameña Mossack Fonseca.
Hablar de una filtración en este caso es, quizá, un exceso de eufemismo. Se trata más bien de un desembalse: Más de once millones y medio de documentos, registros, contratos, memorandos, correos electrónicos, que cubren 40 años de intensa –y muy evolutiva– actividad offshore, desde la década de los 1970 hasta los últimos días del año pasado, producidos por Mossack y Fonseca, una compañía que, una vez vistos la punta y el fondo del iceberg, resulta ser mucho más que un estudio especializado de abogados y es más bien una corporación extendida por el mundo, con una impresionante cartera de clientes –donde están algunos de los que se suponía se iba a encontrar, pero también muchas y grandes sorpresas–.
La masiva información llegó en forma hasta hoy anónima, a algunas autoridades sobre todo alemanas y al diario Süddeutsche Zeitung, que tomó la decisión de compartir el proceso investigativo con el ICIJ. Así, durante un año, alrededor de los casi 400 periodistas de 78 países, trabajaron en 25 idiomas analizando información sobre más de 200 mil diferentes compañías o entidades offshore, vinculadas con individuos de más de 200 naciones.
Hasta ahora, la cosecha de nombres famosos, infames, o ambas cosas juntas, ha sido sorprendente, aunque la investigación está todavía lejos de terminar.
Entre los nombres más prominentes figuran, por ejemplo, familiares del líder chino, Xi Jinping; del presidente ucraniano Petro Poroshenko y el ya fallecido padre del primer ministro británico David Cameron, entre otros.
Hay offshores controladas por los primeros ministros de Pakistán y de Islandia; el rey de Arabia Saudí y los hijos del presidente de Azerbaiyán (aunque en este caso lo sorprendente hubiera sido que no estuvieran).
Un conjunto particularmente interesante y complejo de operaciones, con transacciones de hasta 200 millones a la vez, corresponde a personas muy cercanas a Vladimir Putin. El objetivo de las transacciones, que, hasta ahora, suman cerca de dos mil millones de dólares, fue en todos los casos ocultar dinero o utilizarlo para maniobras empresariales subrepticias.
En América Latina, donde probablemente es mucho más lo que queda por investigar que lo que se ha avanzado hasta ahora, hay todo tipo de presencias. Importantes argentinos, para empezar, desde Messi hasta el presidente Macri y personas muy cercanas a las transacciones de los ex presidentes Kirchner, en especial Lázaro Báez.
Según portavoces del gobierno argentino, el presidente Macri figuró en una offshore de su familia cuando era alcalde de Buenos Aires, pero sostienen que él nunca fue propietario de acciones en esa firma.
En cuanto al caso Lava Jato, según el periodista Fernando Rodrigues, habría no menos de 57 personas vinculadas con el caso a las que se ha detectado alrededor de 200 offshores previamente desconocidas.
Y en México, los periodistas de investigación de Aristegui Noticias pudieron reconstruir la elaborada ruta de ocultamiento offshore que hizo Mossack Fonseca para esconder buena parte de la considerable fortuna de Juan Armando Hinojosa Cantú, el constructor de ‘la Casa Blanca’ del presidente Peña Nieto. El mapa interactivo que describe las operaciones offshore en su caso le da la vuelta al mundo. Es que no había poco que ocultar.
La investigación del ICIJ publicada este domingo probablemente sea el mayor caso –por el número de periodistas involucrados, la cantidad y dimensión de los datos– de colaboración en la investigación periodística realizado hasta hoy. Por eso puede decirse sin exageración que el caso recién empieza.