MÉRIDA.– “Pipa” y “Gorgo” integran un “matrimonio” como muchos otros. A veces se enojan porque son muy distintos en su carácter, pero el amor que existe entre ellos los lleva siempre a la reconciliación… y a los arrumacos.
En 12 años de convivencia, esta pareja de hipopótamos del Parque Zoológico del Centenario ha procreado unas seis o siete crías, de las cuales cuatro han sobrevivido y han sido llevadas a otros zoológicos, como es el caso de “Hipoberto”, que ahora reside en Animaya junto con su novia y de quienes se espera pronto inicien una nueva familia.
“Pipa”, proveniente del zoológico Yumkás de Tabasco y huésped del Centenario desde 2003, no tuvo que esperar mucho para conocer al amor de su vida, pues “Gorgo” que llegó por decomiso a un circo llego a su vida en 2004 y desde entonces se hicieron pareja.
La coordinadora del Área Técnica del Parque Zoológico del Centenario, Odeisi Mora Camacho explica que aunque “Pipa” es un poco huraña ha congeniado muy bien con “Gorgo”, que por provenir de un circo, es más sociable incluso con los veterinarios que lo atienden.
-A veces los vemos “discutiendo”, pero al ratito ya están juntitos en el agua como si nada -agregó.
Señaló que “Gorgo” recientemente le dio una sorpresa al equipo de veterinarios y animaleros, pues aunque ha estado mucho tiempo en el zoológico desconocían que acto hacía el hipopótamo en el circo.
-Nos dimos cuenta que con cierto tipo de música, como la de mariachis, “Gorgo” baila sacando su cabeza del agua y moviéndola de un lado a otro.
Asimismo, dio a conocer que para proteger la salud de “Pipa”, que ha tenido partos continuamente, se ha decido separarla temporalmente de “Gorgo” para evitar que continúe embarazándose, ya que como pasa con los humanos, se va descalcificando y perdiendo nutrientes.
Mencionó que para los hipopótamos son ocho meses de gestación y otros ocho meses de lactancia.
-Pipa tiene aproximadamente 20 años de edad y un hipopótamo en cautiverio puede llegar a vivir hasta 50, pero tenemos que extremar cuidados para que ella tenga una vida de calidad -explicó.
Indico que en promedio un hipopótamo pesa una tonelada y un macho en adultez o en edad reproductiva unas tres. “Pipa” pesa actualmente menos de los 1,000 kilos, razón por la cual se le está dando una atención especial con alimentación adecuada para su pronta recuperación.
Comento que “Pipa” siempre ha sido una madre cariñosa y atenta que ya requiere de un descanso.
Destacó que debido a que Pipa sólo ha dado a luz machos la situación se complica con la familia porque después de determinado tiempo padre e hijo compiten por la atención de la hembra.
Comentó que como todos sus comportamientos sociales y reproductivos son en el agua, se les cambia el líquido de su estanque cada dos días, pero que los hipopótamos necesitan enturbiarla inmediatamente para protegerse de esta manera de los rayos directos del sol.
-Son animales que viven en pequeños pantanos y que necesitan que su agua tenga ciertas condiciones, razón por lo que lo primero que hacen al entrar a su estanque es realizar sus necesidades fisiológicas en él.
Mencionó que también se vigila constantemente que no tengan un crecimiento irregular en sus colmillos que puedan ocasionar un quiste y éste, lo ocasionaría una falta de apetito.
Finalmente, dijo que los hipopótamos son animales que se ven amenazados constantemente por la pérdida de su hábitat y por la caza, especialmente de gente de Asia que considera su carne afrodisíaca y por el marfil de sus colmillos.