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23 de Abril de 2024

Cultura

Progreso es una esperanza, de recuerdo y nostalgia: Fernando Ávila Prado

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EL PINTOR, POETA E HISTORIADOR PRESENTA SU NUEVO LIBRO “MITOS, MISTERIOS E HISTORIAS DEL MAR” EN EL MARCO DEL 148 ANIVERSARIO DE PROGRESO

PROGRESO.— Este puerto cumple hoy lunes 148 años de su fundación, merece mejor suerte, le falta que los habitantes tengan mayor conciencia y orgullo de nuestra identidad de progreseño, llamarlo orgullosamente Progreso, y no Puerto Progreso, que es una aberración de los huaches”, dice el pintor, poeta, escritor e historiador Fernando Alfonso Ávila Prado.

“Esta ciudad y puerto se fundó en el antiguo rancho pesquero y cocotero que se llamaba Progreso, nombre que se le quedó y así se le debe continuar llamando, como lo hizo el fundador don Juan Miguel Castro Martín”, añade “Favila”, quien fue director de la Casa de la Cultura de 1995 a 1998.

“Progreso es una esperanza, de recuerdo y nostalgia; cumple un año más y su principal motor económico es la pesca, pues la terminal remota es un negocio privado”, expresa en entrevista publicada por Diario de Yucatán.

“Progreso no solo debe ser noticia de cruceros y nota roja, pues tiene mucha historia; solo hay que rasgar los muros de los vetustos edificios para que salga la historia y contarla para que las actuales generaciones la conozcan y se sientan orgullosos de ser progreseños”.

Dice que en Progreso están desapareciendo los espacios históricos; la ciudad tuvo teatros, como Variedades, Paté, Principal, Uxmal, Tropical, y Ágora. “Hace falta que la Casa de la Cultura cumpla con su cometido, pues está llena de oficinas”.

Considera que el vetusto y olvidado edificio del ex Casino de Progreso, en la calle 31 con 74, es el lugar ideal para instalar un museo, con una galería de arte, teatro y centro cultural.

“Se podría realizar un concurso de literatura, convocar a poetas y cuentistas de toda la costa, y así poner a Progreso en la Filey”, añade. “También se podrían organizar festivales de cocina costeña, invitar a cocineros desde Contoy a Campeche, y de artesanos para exponer sus trabajos de madera.

“Y, de igual manera, exposición de dulces de coco, como los que se elaboran en Chelem, Chuburná y Telchac Puerto”, abunda.

Como parte de los festejos del 148o. aniversario del puerto, Ávila Prado presentará el sábado 6 a las 10 a.m., en la Casa de la Cultura, su libro “Mitos, Misterios e Historias del Mar”, de los cuales el 85% fueron publicados en el Diario de Yucatán.

De 93 páginas, el tiraje es de 1,000 ejemplares. Fue patrocinado por el empresario Manuel Sánchez González.

La portada es de un pirata con una linterna iluminando la negrura de la noche de donde salen los misterios del mar y noche marina.

El libro tiene imágenes de fantasmas caribeños, cuadros costeros, el traslado de lanchas al mar usando troncos de madera.

Cuenta la historia de la casona de la Flor de Mayo, las antiguas casas de madera, así como del rumbo de Yaxactún. Es un libro, fragmento de lo que fue Progreso, está escrito en prosa, versos y textos combinados, es resultado de una labor de 15 años.

En la presentación del libro están invitados Jorge Álvarez Rendón, Miguel Vera Lima, cronistas de Mérida e Izamal, respectivamente; el historiador Andrés Novelo Álvarez, nieto de Victoria Córdoba Carbonell, quien trajo de Francia la estatua de Juan Miguel Castro elaborada en mármol de Carrara.

Progreso, afirma Ávila Prado, se fundó con familias que llegaron de Mérida y otros pueblos, y con el paso de los años, con el comercio marítimo arribaron y se asentaron italianos, como Blas Adiego, los Amalfi, chinos, gallegos…

Una de las familias fundadoras de la ciudad, dice, fue su tatararabuela Bartola Dorantes de Rodríguez de la Gala, casada con el capitán Domingo Rodríguez de la Gala. Los esposos tuvieron dos hijas, Canuta y Pastora, la segunda falleció en este puerto por la peste.

LA ANÉCDOTA…

Juan Miguel Castro Martín, fundador del puerto que hoy lunes cumple 148 años, instaló una destilería de ron en un predio de la entonces calle 30 (hoy 80) con 29 del centro de la ciudad.

Entre las actividades que realizó en la ciudad, la de la destilería es poco conocida.

Pedro Castro Pena, español que vivió durante muchos años en este puerto, le contó al pintor Fernando Ávila Prado que el fundador del puerto se dedicó a la venta de ron en este puerto e instaló su fábrica en lo que hoy es la esquina de “El Gallito” y donde ahora están la cantina “La Selva” y un expendio de vinos, cervezas y licores.

Castro Martín importaba mamey de La Habana, Cuba, vía barco; por el color y el sabor de la fruta, la usaba para fabricar ron, cuyo nombre no recordó Castro Pena, según dice Ávila Prado.

Castro Pena le contó al pintor que dos años después de la fundación de la ciudad, por 1873, la peste azotó a Yucatán y la naciente ciudad de Progreso no escapó de la epidemia: los habitantes cayeron víctimas de la enfermedad y en carretas, incluso moribundos, los llevaban a sepultar al cementerio.

En las esquinas de las calles de la ciudad se colocaban barricas con ron para que los habitantes lo tomen, pues en aquel entonces se dijo que era para evitar contraer la peste que estaba diezmando a la población.

Este texto fue editado por el equipo de redacción de ProgresoHoy.com. Colabora con nosotros enviando reportes, quejas ciudadanas, o noticias a nuestras redes sociales, escribe a nuestro correo [email protected], o envía mensaje, fotos o vídeos a nuestro WhatsApp al número 9991-501547.

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