
RIAD.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó este martes a Arabia Saudita, primera escala de una gira de cuatro días por Medio Oriente que también lo llevará a Qatar y Emiratos Árabes Unidos. El viaje tiene como objetivo central sellar ambiciosos acuerdos comerciales en sectores clave como la defensa, la energía y la inteligencia artificial, pero también abordar los principales conflictos regionales, incluyendo la guerra en Gaza, el programa nuclear de Irán y la estabilidad del mercado petrolero.
El mandatario fue recibido con una imponente escolta de aviones F-15 de la Real Fuerza Aérea Saudita al acercarse a Riad, en lo que la Casa Blanca describió como una visita “histórica”. En la pista del Aeropuerto Internacional Rey Khalid, decorada con una vistosa alfombra de color lavanda, el príncipe heredero Mohammed ben Salman —gobernante de facto del reino— recibió calurosamente a Trump.
Ya en tierra, ambos se retiraron a un salón del aeropuerto donde asistentes con cinturones ceremoniales y armas tradicionales sirvieron café árabe al presidente y sus asesores. Luego compartieron un almuerzo en la corte real, en una sala decorada con detalles azules y grandes lámparas de cristal, junto a invitados como los directores ejecutivos de BlackRock, Larry Fink; Blackstone Group, Stephen Schwarzman; y Elon Musk, director de Tesla, SpaceX y actual jefe del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la Casa Blanca.
En su primer mandato, Trump también eligió Arabia Saudita como su primer destino internacional. Su decisión de regresar a la región tras asistir al funeral del papa Francisco en Italia subraya la creciente influencia geopolítica y económica de los estados petroleros del Golfo, que se han consolidado como socios estratégicos de Washington.
La visita coincide con renovadas tensiones en Medio Oriente. El conflicto entre Israel y Hamas en Gaza ocupará un lugar central en la agenda, especialmente tras la reciente liberación de Edan Alexander, un rehén israelí-estadounidense capturado en el ataque del 7 de octubre de 2023. También figura entre los temas prioritarios el programa nuclear de Irán. Washington y Teherán reanudaron negociaciones el pasado fin de semana en Omán, tras semanas de contactos indirectos.
En paralelo, Trump busca relanzar su estrategia de política exterior transaccional con la firma de acuerdos multimillonarios. Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos recibirán con gran fastuosidad al mandatario de 78 años, quien tiene previsto asistir este martes a un foro de inversión en Riad. Allí se anunciarían convenios relacionados con inteligencia artificial, cooperación energética, defensa y tecnología.
Según fuentes sauditas, Riad espera lograr durante esta visita el compromiso de Estados Unidos para suministrar cazas F-35 y sistemas de defensa aérea de última generación, por miles de millones de dólares. “Pondremos como condición que las entregas se realicen durante el mandato de Trump”, dijo un alto funcionario cercano al Ministerio de Defensa saudita a la AFP.
Otro eje clave de la gira es la producción petrolera. Arabia Saudita y otras naciones de la OPEP+ han incrementado la oferta de crudo desde el inicio del segundo mandato de Trump, en línea con su objetivo de mantener bajos los precios del petróleo y contener la inflación interna. El presidente también ha sostenido que la energía barata podría debilitar el esfuerzo bélico de Rusia en Ucrania.
Sin embargo, el equilibrio fiscal saudita requiere un precio del barril entre 96 y 98 dólares, mientras que el Brent cerró el lunes a apenas 64,77 dólares. “No necesariamente pone en peligro los programas de diversificación económica de los estados del Golfo, pero sí los complica”, advirtió Jon Alterman, analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
