PROGRESO.– Este domingo de quincena hubo afluencia mejorada de paseantes, aunque no fue lo esperado.
Según prestadores de servicios, los visitantes disfrutaron de su último domingo de julio, con gran demanda de cerveza y pescado.
Sin embargo, la playa lució sucia, debido a que los empleados de Servicios Públicos no limpiaron la playa del abundante sargazo, que da picazón a los bañistas, pero aun así, los visitantes se metieron al mar.
Las aguas del puerto de Progreso fueron disfrutadas por las bellas sirenas, que al concluir el baño salieron a disfrutar del sol en la arena y camastros playeros.
Autoridades policíacas dieron a conocer que este domingo arribaron a las costas yucatecas como 50 mil personas, que se distribuyeron a lo largo de las playas yucatecas.
Aunque el clima prometía no ser muy atractivo este domingo hubo buen sol e intenso calor, lo que ocasionó que los visitantes buscaran grandes cantidades de cerveza, ya sea en las agencias o tiendas de auto servicio del puerto, al igual que refrescos embotellados y naturales.
Los restauranteros del puerto dieron a conocer que esta tarde hubo más gente que los anteriores, pero no todos visitaron los restaurantes.
José Cruz, restaurantero del puerto, dijo que hubo mayor derrama económica el sábado; este fin de mes, con quincena de por medio, hicieron gran inversión para la venta de mariscos, aunque el sábado hubo bastante movimiento, el domingo, en lo que respecta a consumo no lo superó, debido a que el turista local es quien nos visita. Vienen al baile y a consumir grandes cantidades de cerveza, pican botana en el malecón y después del baile se retiran, por lo que su consumo en los restaurantes es limitado.
La familia Baeza Alvarez, que llegó de Dzitás, el padre de familia César, dio a conocer que con su esposa y sus tres hijos gastaron 500 pesos en pasajes; en realidad, sale caro venir a la playa, pero venimos una vez al año. Viajamos en autobús; fue un regalo para mis hijos, por tener buenas calificaciones. Soy obrero de una fábrica de materiales de construcción; este es el salario de toda la quincena, porque además de los 500 pesos de pasaje hay unos 500 para los alimentos, refrescos, quizás un pollo asado o pescado frito. Al rato veremos cómo nos ajustamos a nuestro presupuesto. Valió la pena porque el mar es muy bonito, es algo que no se visita a diario ni disfrutamos del aire del mar; esto es un lujo para la familia. El año entrante juntaremos para realizarlo de nuevo.
De esta manera, llegamos al último domingo del 7º mes del 2016 con un brillante sol, por lo que la cerveza fue la que más demanda presentó. Tal es el caso de las agencias de cerveza, refrescos de cola y desde luego, el aguas frescas y purificada, debido al intenso calor que afectó la costa yucateca.
El mar estuvo tranquilo, invitando a darse un baño. También hubo intenso movimiento de embarcaciones de recreo o deportivas, como los yates, cuyos propietarios salieron a recorrer las costas yucatecas, bajo la vigilancia de elementos de la Marina.
El astro rey castigó a los paseantes en este domingo de verano. Los paseantes, desde que llegaron, buscaron una palmera para colgar su hamaca, un arco del muelle o bien una sombrilla para evitar el castigo del sol.
Los vacacionistas del interior del estado, que se los permitió el bolsillo, disfrutaron de un paseo en banana, mientras que otros simplemente permanecieron en la orilla del mar degustando su bebida y platillo favorito, en la playa, bajo el arco del muelle.
Desde luego, no faltaron las botanitas que trajeron de casa. El kilo de pescado frito es parte de la gastronomía tradicional del puerto. Se vendió el kilo, en el mercado, a 140 pesos kilo; la ración de pescado frito entero o posta a 60 pesos.
La derrama del mes de julio benefició al comercio de cocos helados, marquesitas, artesanos de la playa que desde luego tuvieron un buen último domingo de julio, en quincena.
El uso de regaderas para enjuagarse después de salir del mar presentó largas filas. Sin embargo, donde no hay registros para que el agua se vaya se queda estancada en la zona de los restaurantes, ante la ineptitud de Servicios Públicos Municipales, que no se ha tomado la molestia de dar solución a este detalle que molesta al paseante y desde luego, a los clientes de los restaurantes donde se dan estos encharcamientos.