A unos días del inicio de la temporada de huracanes el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, señaló que los desastres naturales, tifones, las inundaciones, las sequías, los terremotos y otros peligros naturales siguen ocasionando la pérdida masiva de vidas y medios de subsistencia, sin embargo, hoy por hoy la mayoría de los peligros son predecibles, y, por tanto, es posible evitar sus efectos desastrosos.
Durante el segundo día de actividades de la Cumbre Humanitaria Mundial, en la que participa la presidenta de la Comisión de Protección Civil del Senado de la Republica, Angélica Araujo Lara, se informó que en los últimos 20 años, los desastres causados por peligros naturales se han cobrado 1,35 millones de vidas y han afectado a una media de 218 millones de personas al año, la mayoría en países en desarrollo.
En el caso de México, los desastres naturales acontecidos del 2005 al 2014 causaron la muerte a cuatro mil 968 personas, la destrucción de 2.54 millones de viviendas y daños adicionales a 191 mil viviendas y tan solo hace dos años, los fenómenos naturales costaron 2,942 millones de dólares.
Con esos antecedentes, el país ya se encuentra preparado ante la temporada de huracanes, que en el Pacífico oriental inició el pasado 15 de mayo y en el Pacífico central comienza el 1 de junio, finalizando el 30 de noviembre del 2016.
Ante ello, el gobierno federal que preside Enrique Peña Nieto anunció en días pasados la asignación de 8 mil millones de pesos al fondo para atención de emergencias para hacer frente de 17 ciclones tropicales pronosticados para la temporada y que podrían afectar a los estados de Oaxaca, Guerrero , Michoacán , Nayarit, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Sinaloa y Yucatán, acción que ha sido reconocida por las oficinas de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo del Desastre.
En la mesa redonda sobre desastres naturales y cambio climático de la Cumbre Humanitaria Mundial, el octavo titular de la ONU, señaló que a menudo la mejor manera de salvar vidas y reducir las pérdidas consiste en una capacidad y una respuesta nacionales planificadas y financiadas con antelación.
El objetivo de esta mesa redonda es que los Estados Miembros y otros interesados anuncien compromisos para realizar progresos tangibles con respecto a las recomendaciones formuladas en la curta responsabilidad fundamental de la Agenda para la Humanidad y a la que se ha sumado México.