Vicario de la Arquidiócesis realiza confirmaciones en Progreso

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PROGRESO.– El presbítero Candelario Jiménez Jiménez, vicario general de la Arquidiócesis de Yucatán, impartió el sacramento de la Confirmación a un total de 19 jóvenes de este puerto en ceremonia efectuada en la parroquia de la Purísima Concepción y San José.
Acompañado del párroco José Francisco Mukul Domínguez, Jiménez Jiménez recordó que “según las Sagradas Escrituras al recibir el Sacramento de Iniciación que es la confirmación, nos habla de una comunidad que va a madurar en la fe y que se dispone para poder dar testimonio de la misma fe”.
“La confirmación es más que nada un Sacramento de madurez para poder dar testimonio de Nuestro Señor, de nuestra fe. Hoy San Pablo es quien nos recuerda ese origen nuestro como familia. No somos mil, diez familias o menos, somos una sola familia y hemos recibido esto desde nuestro bautismo que nos hacer pues esa unidad en el cuerpo de Cristo, somos el cuerpo de Cristo, uno solo”.
“Sin embargo, la dinámica de esta misma tiende a dividirnos, y aunque en la fe sabemos que somos una sola familia, en la práctica, parece que no somos de la misma familia. Y esto es tan sencillo de comprobarlo porque desde que llegamos al templo entramos como extraños, la mayoría, cada quien se sienta en su lugar; tendríamos que ser más amables unos con otros, que diferente sería que fuéramos amables con los demás, saludarlos, no olvidemos que somos una familia y ésta se reúne en unión con Dios”, agregó.
“La realidad es que como católicos así vivimos y como mantenemos ciertas distancias entre nosotros, aunque estemos juntos; esto debe ser una expresión de lo que hay en el corazón; entonces vamos a experimentar que somos verdaderamente hermanos, una misma familia”.
“El apóstol nos invita a ser humildes y amables, mucho haríamos en serlo en todos los aspectos; el Señor nos invita a convertirnos y soportarnos mutuamente.
Exhortó a los fieles a que se mantengan abiertos al Espíritu Santo y que adonde quiera que vayan se comporten como hijos de Dios, como hermanos de Jesús y que tengan la fuerza del Espíritu.