LOS HOMBRES DE MAR, UNO DE VERACRUZ Y TRES YUCATECOS, FUERON LOCALIZADOS AL GARETE A BORDO DE SU EMBARCACIÓN Y REMOLCADOS HASTA LA COMUNIDAD DE LA PESCA, EN SOTO LA MARINA, TAMAULIPAS
TAMAULIPAS.– Tras permanecer en alta mar durante un mes y medio, luego de haber zarpado de Progreso, Yucatán para un viaje de pesca, la embarcación “Máximo Emanuel” fue localizada a la deriva y arrastrada a tierra por pescadores hacia el poblado de La Pesca, en Soto La Marina, Tamaulipas.
Según trascendió en medios de esa localidad, la nave llegó a puerto con apoyos de otros pescadores de la lancha Teresa, quienes los remolcaron hasta el poblado de “La Pesca”. Fueron recibidos por personal de la Guardia Estatal de Tamaulipas y de la Secretaría de Marina que tomaron conocimiento de la llegada de la nave con matrícula 31010173523-5.
El rescate según reportes, ocurrió a las 3 de la tarde de este día. Los tripulantes de la nave se encuentran deshidratados, pero todos con vida, lo que resulta un milagro para la larga travesía de más de 800 kilómetros que realizaron.
El barco, propiedad del progreseño Manuel “Kalimán” Jiménez Frías, era capitaneado por Francisco Gaspar Herrera Valerio popularmente conocido como “Pacorro”, de Alvarado, Veracruz, y de 35 años de edad. Los tripulantes son Juan Bautista Viana Ramos, Adrián Aké Lláñez y Gerardo Manuel Félix García. Los tres tripulantes son originarios de las comunidades yucatecas de Holcá (Kantunil) y Yodzonot (Yaxkabá).
El “Maximo Emanuel” zarpó el 23 de octubre pasado del puerto de abrigo de Yucalpetén, Progreso, aunque según el itinerario debió regresar a tierra entre el 6 o 7 de noviembre, aunque esto no sucedió. Salieron a la pesca de canané y fue visto por última vez entre el 6 y 7 de noviembre al Sur de la Isla de Triángulos, en la Sonda de Campeche, desde ese día se le perdió la pista.
Desde entonces, se desconocía el paradero de los tripulantes, por lo que sus familiares dieron la alerta sobre un posible naufragio, hasta que finalmente apareció.
Incluso, los familiares denunciaron que el dueño de la nave no respondía a sus llamadas y que autoridades marítimas les informaron que el barco no fue despachado, por lo que se desconocía la identidad de los hombres de mar.