“Earl” preocupa a prestadores de servicios turísticos en Progreso

PROGRESO.– El majestuoso crucero “Liberty” fue el primero en arribar en este caluroso mes de agosto, cuyos pasajeros bajaron de nuevo tarde a estas paradisíacas playas.
La nave llegó a las 9:40 horas, procedente de Cozumel y partió hasta las 6 de la tarde, con 3,661 pasajeros y 1,163 tripulantes.
La preocupación estriba en que si llegará puntual o habrá un cambio en la cita del crucero “Triumph” este jueves, debido a la cercanía de tormenta tropical “Earl”, que ya tomó fuerza en el Caribe.
Esto ha causado cierta preocupación, sobre todo a los servicios turísticos de la playa y malecón, pues el fenómeno afectará en plena época vacacional y ahuyentará al turismo, tanto local como nacional. Todos están pendientes de la trayectoria.
Con esta preocupación en la cabeza, los prestadores dieron su mejor cara en el servicio a todos. Se observó una buena demanda del uso de bananas y de motos acuáticas, sobre todo por parte de los turistas nacionales, que de nuevo rescataron la jornada.
Debido a la cercanía del mal tiempo, hubo arribazón de sargazo, que se depositó como una alfombra en la orilla del mar, aunque esto no pareció afectar a los visitantes.
Los vendedores realizaron su mejor esfuerzo para tratar de vender algún producto a fin de ganar unos billetes verdes, tan cotizados en estos momentos.
La Policía Municipal “limpió” de nuevo la zona del malecón al retirar a todos los teporochitos que se han adueñado del lugar.
Lo malo es que sólo los aleja y luego los beodos regresan a fastidiar a los turistas, al pedirle la famosa cooperación “para el pomo”.
Un problema que se ha remarcado es la entrada de los autobuses turísticos en sentido contrario a la circulación del malecón.
Esto se debe a que como son unidades gigantes los choferes no pueden maniobrar con libertad al tener cerca coches y motos estacionados, con la angostura de la calle.
Lo anterior ha provocado que se formen embotellamientos en el malecón, acompañados de la serenata de cláxones, mientras el chofer del autobús mete reversa para tratar de bajar a los turistas a las puertas de un restaurante botanero, en lugar de bajarlos en otros puntos y que caminen unos cuantos metros.