LA API YA REALIZA REUNIONES SOBRE EL PROYECTO, PERO SIN INFORMAR A LOS HABITANTES DE PROGRESO
PROGRESO.– A pesar de que la Administración Portuaria Integral (API) de Progreso ya confirmó la construcción del nuevo “puente elevado” que pasará sobre la calle 82 para facilitar el paso de camiones con carga pesada, la mayoría de los habitantes de este puerto no están informados de los detalles del proyecto.
Como informamos, la dependencia federal, que ahora depende de la Secretaría de Marina, informó que sostuvo una primera reunión para dar a conocer la realización de la obra, la cual según se informó, será un viaducto elevado, el cual será de dos cortes: uno de zona de tierra y otro de zona en cuerpo de agua, con una longitud de 810 metros de la viali-dad de salida, y de 187 metros la vialidad de acceso.
Esta reunión, realizada el pasado 14 de octubre, fue encabezxada por el Director General de la API, Progreso, el almirante retirado Jorge Carlos Tobilla Rodríguez.
En esa reunión participaron directivos de la API y otras personas involucradas en el proyecto, pero nadie representativo de la sociedad o población progreseña. Varios comerciantes y vecinos de la zona se han manifestado en desacuerdo con el proyecto, pues solo beneficiará a los transportistas y empresas directamente relacionadas con el puerto, afectando a la gran mayoría de los progreseños, según señalan.
VECINOS CONSIDERAN INNECESARIA LA OBRA…
Vecinos de la calle 82 señalaron que ya están enterados de las intenciones del gobierno federal de construir el primer viaducto elevado que atraviese esta ciudad de sur a norte, pero recuerdan que esa idea ya tiene casi 30 años que surgió y hasta ahora no se concreta.
Los habitantes recuerdan que cuando se pretendió realizar, el proyecto se ha topado con la negativa de la mayoría de los progreseños.
“Me enteré por el periódico, pero no nos ha dicho nada la API ni el Ayuntamiento ni el gobierno del Estado”, informó Luz Mirian Cervera y Lerín, quien lleva 73 años viviendo en una casa que está en la calle 82.
“Aquí hay dos cosas, una mala y otra buena”, señaló. “La mala, querrán sacarnos de nuestras casas; la buena, estarán haciendo algo bueno por el puerto”, indicó la mujer en declaraciones a un medio local.
“Hace 30 años que están con esta idea del puente que pasará sobre nosotros. Cuando surgió la idea hace muchos años nos oponíamos porque nos pretendían quitar nuestras casas, ya nuestros hijos crecieron, y hoy otra vez vuelven a lo mismo. Ahora estoy enferma de hipertensión y esta noticia hizo que se me suba la presión, temo que nos quieran reubicar o nos quieran comprar la casa a precio catastral”, añadió.
“Ya pasé por esto hace más de 20 años y he soportado el ruido y las vibraciones que producen los tráileres y camiones de pasaje todos los días y a todas horas”, expuso la mujer.
También dijo que ha vivido en varias ciudades y conoce los riesgos de los puentes elevados, hay un escándalo brutal por el paso de los camiones cargueros, como vivirán abajo del puente siempre tendrán el riesgo de que alguno caiga sobre las casas y los ocupantes.
PROBLEMAS…
La señora Luz Mirian no conoce el proyecto de este viaducto elevado, pero ve un problema por los postes de electricidad y de teléfono y la cablería aérea en la calle, las más de 40 casas que aún quedan y los negocios tendrían que ceder parte de su terreno para que se construya esta obra.
El problema será la negociación para que vendan parte de su propiedad.
Otros vecinos entrevistados, los esposos Rosa Argelia Morales Rincón y José Ramírez Pérez dijeron al citado medio que llevan 45 años viviendo en su casa de la calle 82 y le han hecho remodelaciones recientes.
Es una propiedad que perteneció a varias generaciones de su familia y ella sí vendería esta propiedad al precio de la plusvalía del puerto turístico, no al valor catastral porque este precio es muy bajo.
“Que me compren una casa donde yo quede conforme para vivir, si pagarán unos pesos no lo aceptaré”, advirtió. “Es una casa recién remodelada, está como nueva y allí viven alguno de sus hijos mayores”.
Para ellos el puerto de Progreso y en especial la calle 82 no tiene problemas de tránsito vehicular extremo, sí pasan autobuses de pasaje y tráileres, pero son por horas y no se justifica que construyan un viaducto elevado, por todos los perjuicios que ocasionará. “Creo que no es necesario ese puente”.— Joaquín Chan Caamal
“Hay momentos en que pasan 10 tráileres seguidos, luego baja la afluencia, se puede controlar el tránsito en el puerto, hay otras salidas alternas por el oriente del puerto”, indicó.
“Todos los vecinos de aquí somos familias antiguas, creo que es solamente un pretexto para hacer una obra innecesaria y que ahorren tiempo y dinero las empresas dueñas de los tráileres y camiones cargueros porque entrarían directo a la API”.
Los esposos recordaron que en esta misma calle 82 hay varias casas coloniales propiedad de la familia Ordóñez y será difícil que las derrumben para construir los pilares que sostengan el viaducto elevado.
Además, el agua está a menos de dos metros y en la calle 84 están los ductos de Pemex que transportan combustible de Mérida al puerto de altura.
El señor Ramírez Pérez dijo que vivir debajo de este tipo de estructuras es muy peligroso.
“Está un poco complicado, pero el gobierno lo hará si quiere hacerlo de verdad”, señaló. “Vamos a quedar debajo del puente, hay dos escuelas públicas, la Casa de la Cultura, la clínica de especialidades médicas, el templo y otros negocios que funcionan en la calle 82, y todos estarán en riesgo porque los vehículos pasarán por encima, es un peligro de que caiga algún camión de arriba”.