Agresiones a dos periodistas

Desde siempre, el periodismo ha sido fundamental para sacar a luz pública los abusos de poder y las violaciones a las garantías individuales. No puede haber un estado democrático sin la función libre del periodismo.

Es realmente preocupante la actitud asumida por los gobiernos priistas no sólo de impedir el libre acceso a la información, sino que incluso atacan de modo descarado a quienes cumplen con la noble tarea de difundir información.

Como todos sabemos, en menos de dos meses dos reporteros del Diario de Yucatán han sido víctimas de ataques perpetrados sin sentido alguno.

El caso más reciente fue la agresión que sufrió el reportero Gabriel Jesús Chan Uicab cuando cubría un reporte de disparo de arma de fuego en la colonia El Porvenir. La policía no sólo no lo protegió, como debió ser, sino que incluso lo llevaron preso y esposado, como si se tratara de un delincuente.

Ya en el vehículo de la corporación el “agente” se burló del reportero e hizo gala de prepotencia: “Apunta mi nombre, que no me pueden hacer nada… me llamo Carlos Durán”.

Otro caso ocurrió el 2 de mayo pasado y que por cierto sigue en la impunidad, fue la agresión contra Hernán Casares Cámara, misma que ocurrió el sábado 2 de mayo, en presencia de agentes de la SSP.

Casares Cámara fue agredido en una bodega del sur-poniente del Periférico, donde varias personas cargaban bolsas negras en camionetas que, según informes, servirían al PRI para distribuir en la campaña electoral.

El representante del Diario solicitó a los policías que estaban cerca que lo protegieran, pero la respuesta fue: “Es política jefe, nada puedo hacer”.

Tras una ligera lectura de las narraciones hechas en ambos casos podemos hallar situaciones similares que denotan el mismo “modus operandis” contra reporteros: a) Fueron ataques arbitrarios, pues en ambos casos no hubo infracción ni delito alguno  que hayan cometido los reporteros, sino que sólo cumplían con su trabajo. b) La actitud laxa de los agentes de no auxiliar al representante de un medio de comunicación, lo que configura también el delito de abuso de autoridad.

c) Las expresiones estúpidas de los agentes: “Apunta mi nombre, que no me pueden hacer nada… me llamo Carlos Durán” y “Es política jefe, nada puedo hacer”.  d) En ambos casos sin derecho alguno los policías borraron las fotos y vídeos que tenían en sus teléfonos los reporteros.

e) En los dos casos también se elaboraron informes mentirosos, siempre buscando la manera de inculpar a los reporteros. Si así lo hacen con dos reporteros, imagínense cómo lo harán con quienes no tienen posibilidad de informar.

f) En los casos se advierte la impunidad, no obstante que el ataque ciertamente es directo al representante de un medio de comunicación, pero en realidad se está atacando al derecho constitucional que tenemos todos los ciudadanos de recibir información.

g) Y por si fuera poco, otro de los factores comunes de ambos casos, tan grave como los anteriores,  es el silencio de Rolando Zapata y su actitud de evadir las preguntas directas que le fueron formuladas sobre ambos asuntos. H) En los dos asuntos se violaron derechos naturales de los periodistas.

Y ante estas actitudes de prepotencia de los “policías” y del silencio del titular del Ejecutivo, nos mueve a la reflexión ¿por qué en vez de estar deteniendo y afectando a personas inocentes por el sólo hecho de cumplir con su trabajo se dedican a buscar y detener a los verdaderos criminales?

¿Tendrán la misma “valentía” que muestran con reporteros hacia quienes de verdad representan un peligro para la sociedad? Hago votos para que se acaben estos ataques a los medios y a los ciudadanos.