Lluvia ahuyenta a visitantes en Progreso

PROGRESO.– Todavía no repuntan las vacaciones de verano, ya que el día de ayer se tuvo únicamente una afluencia de 10,000 personas, y alrededor de las 14:00 horas se nubló y cayó una llovizna, lo que correteó más a los visitantes.
Según estimado de las fuentes oficiales de la Policía Municipal, ayer se tuvo una afluencia baja de personas, en comparación con el pasado fin de semana.
A pesar de que en la mañana, en la entrada a este puerto se notaban “ríos” de carros, en las calles céntricas con dirección al malecón, al parecer la mayoría no se quedó y se desvió a otros puntos.
En un recorrido por el malecón se encontraba muy poca gente, así como vehículos. Cercano al mediodía, los puestos semifijos y de diversos productos estaban ya a la espera de los clientes.
En este sitio se entrevistó a José Alejandro Tzec Mex, de 32 años, de oficio jardinero, con domicilio en el fraccionamiento Francisco de Montejo, en Mérida, quien dijo que hizo un gran sacrificio para poder venir al puerto a pasar unos momentos en la playa.
Su primera compra fue de una de las gigantescas sombrillas que se ofrecen a la orilla del mar, por un valor de 500 pesos.
Al declarante le pareció un buen precio, ya que “así están en Mérida”, dijo. El pudo venir con su esposa Rossana Rivero Castillo y sus dos hijos, de 4 y 8 años de edad.
Reveló que había jugado a una mutualista por cierta cantidad y por esto se estaba dando gusto en la playa, tal como lo planearon.
Arribó a la playa a las 11:00 horas, un poco tarde, ya que tenía que ver todas las cosas que iban a traer, y en esta ocasión no están escatimando en gastos ni en nada, “venimos a divertirnos, a bañarnos en el mar, luego a comer pecado frito, para esto se ahorró durante un año”, indicó.
Así que en una exhortación a la gente dijo que dediquen tiempo y dinero para la familia, pues no todo es trabajar, ya que los hijos crecen, luego se van para formar otros nidos”.
Alrededor de las 10:30 horas, en el área de los servicios acuáticos de bananas, se realizó un simulacro de salvamento de turistas caídos al mar.
En esta ocasión fue utilizado el “Tiburón Rojo”, que en simulacro con la Secretaría de Marina Armada de México realizó su clásica travesía, sólo que esta vez “cayeron” dos militares al mar, que se simulaba se ahogaban.
En ese preciso momento aparecieron lanchas y buzos de rescate para sacar a las víctimas del mar y acostarlas en la playa, para darles los primeros auxilios.
Se tuvo la colaboración del presidente de la cooperativa Esfuerzos Pesqueros Progreseños, Julio Alvarado. En este simulacro bien coordinado se lanzaron luz de bengala y señal de humo para indicar el lugar donde estaban los caídos.
Así se mostró cómo actuar en caso de que algún turista por accidente caiga al mar, en la vida real.