A cinco días de iniciada la temporada de pulpo, numerosos ribereños decidieron amarrar ayer sus lanchas y esperar a que los volúmenes y el precio mejoren para salir a la captura, pues los tres primeros días fueron de pérdidas y se endeudaron.
La pesca del molusco empezó de manera oficial el jueves 1 pasado, algunos pescadores salieron a la captura ese día, el viernes y el sábado; el domingo descansaron y ayer la mayoría decidió hacer una pausa porque en los tres días de arranque les fue mal: solo pescaron tres o cuatro ejemplares cada uno y hubo ribereños que no obtuvieron ninguno.
Marcos León Centurión, ribereño de Chicxulub, decidió amarrar su lancha para no endeudarse más, no le fue bien cuando salió a pescar.
Como él, numerosos pescadores de ese puerto amarraron sus embarcaciones y esperarán unos días o toda la semana, hasta que mejoren la pesca y el precio, a fin de reanudar la captura.
En este puerto los ribereños Carlos Alpuche Ortiz, Jorge Martín de la Cruz y Diego Armando Azueta García también suspendieron la captura, sus lanchas las tienen fondeadas en el playón poniente y decidieron amarrarlas porque no quieren endeudarse con los comerciantes del octópodo, pues en los tres primeros días de la pulpeada los ribereños solo han tenido pérdidas.
Al igual que los ribereños de Chicxulub, los del rumbo del playón poniente dicen que esperarán a que recale el pulpo, que mejore el precio, porque con los $50 que les pagan por kilo —la temporada pasada fue de $130— no resulta rentable después de tanto esfuerzo en alta mar.